sábado, 29 de mayo de 2010

¿Saqueos necesarios para qué?

Publicado por Notitarde, 27 de mayo de 2010


Las Convenciones de Ginebra en 1949 consideran un crimen tomar o destruir propiedad privada durante una ocupación a menos que sea “absolutamente necesario” y en ellas claramente se criminaliza el saqueo, o pillaje como la posesión (robo) indiscriminada de bienes ajenos por la fuerza como parte de una victoria política o militar, diferenciándose de las situaciones de desastres naturales o tumultos. Intempestivos. ¿Qué es verdaderamente necesario? Vamos poco a poco: Creados PDVAL, PDVALITOS, MERCAL, haber adquirido grandes y masivos transportes para los productos, expropiado fincas productivas para garantizar y aumentar el abastecimiento, otorgado discrecionalmente divisas para la importación masiva y financiado a nuevos “empresarios” ahora se toman por la fuerza los sistemas de producción y distribución de Polar, Friosa, Monaca, Cargill, Frigoríficos, Procesadoras de Café, Lácteos, Éxito, CADA, esto es la cadena alimentaria. La decretologia se consolida como espectáculo hueco que acaba demostrando los pies de barro. No es lo mismo una empresa de producción y servicios que exige inversión, planificación, ajustes y compromiso para satisfacer necesidades colectivas que una empresa de negocios, en donde lo fundamental es cuanto le saco de provecho inmediato y sin compromiso al lucro. Lamentable espectáculo de la Guardia nacional que tiene que obedecer órdenes.

¿Sera una estrategia de confrontación que busca provocar y eliminar obstáculos para justificar la incapacidad o la pérdida del control sobre la vida de la gente? Así como se inhabilitan judicialmente posibles contrincantes, hay que confiscar los recursos de trabajadores, productores y consumidores para someterlos a la sobrevivencia. Y esto recuerda a Hitler cuando le advirtieron -ya Berlín cercada- que estaban muriendo niños soldados de 12 años y respondió que los alemanes merecían morir porque no lo habían sabido defender. Podríamos estar ante la pérdida de contacto con la realidad…aupada por un sentido de infalibilidad en lo que dice o por desesperación de la desconfianza creciente en la utopía voluntarista. El poder total no se puede tener en una dictadura tradicional. Por ello la consigna: el socialismo (comunismo) se construye en la pobreza y la confrontación de clases, aspiraciones y capacidades como vía para generar caos y emergencias.

Los venezolanos aceptamos el cambio para abrir oportunidades y vivir mejor. Lo que sospechamos fuertemente que no es vivir mejor: es el comunismo y eso es lo que rechazamos.

Y para que no queden dudas retomemos a Carlos Franqui luchador de la revolución cubana recientemente fallecido en el exilio (Letras Libres 2006) quien describe como “el comunismo en su primera fase acaba con toda oposición, después paraliza y acaba autodestruyéndose” y finaliza afirmando como son las manifestaciones de las contradicciones dentro del sistema las que al paralizar la economía, destruir la vida provocan que el individuo no sea más individuo. Por ello profundizar contradicciones son las herramientas para una oposición victoriosa.

Comprender que el enemigo es poderoso y no tiene sino los límites que le pongamos nosotros es un paso importante para rechazar saqueos, amedrentamientos y cantos de sirena y estar dispuestos y convencidos de la exigencia de dar la cara COLECTIVAMENTE.

lunes, 17 de mayo de 2010

Luz al final del túnel

Luz al final del túnel

Publicado en Notitarde, jueves 13 de mayo de 2010

En las grandes tragedias que nos refiere la historia asombra la capacidad de adaptación del ser humano para manejar la adversidad. En muchos casos esa actitud sumisa pareciera que es indiferencia o entrega y sin embargo de esos mismos pantanos surgen fuerzas desconocidas para crear transformaciones inesperadas. Lo decisivo es saberlas aprovechar. En esta anarquía de ausencia de reglas del juego es fácil la desesperanza o el “enconcharnos” esperando que pase el huracán, porque no hay mal que dura cien años. Esto es perder la oportunidad de ser decisivos.

Se ha logrado un esfuerzo de encuentro y unidad. Aun tenemos por delante ejecutar la tarea de convertir el esfuerzo en meta colectiva. Sabemos que las grandes hazañas entusiasman y son efímeras, pero son las rutinas de todos los días las que exigen mayor esfuerzo y motivación para llegar a puerto seguro. Nubarrones y tormentas perversas y cínicas son previsibles, pero como las vírgenes perseverantes del evangelio tenemos que tener las lámparas llenas de aceite para el momento esperado e insistir en el camino trazado.

¿Por qué los trabajadores de Guayana, Lara, Anzoátegui y el Zulia en situación de extinción no han podido hacer un frente común? ¿Por qué los productores expropiados no han organizado una defensa de sus derechos compartida? ¿Por qué ante la multiplicación de la inseguridad y violencia no logramos hacer de ello una demanda nacional? ¿Por qué ante la destrucción de nuestras universidades aceptamos que mueran de inanición? ¿Por qué aceptamos que se prive de libertad por opinar a periodistas y ciudadanos o cumplir las normas constitucionales como la juez Alfini? ¿Por qué la ausencia de energía en el Táchira, Mérida, Monagas y el resto del país no lo sentimos como problema propio? Y allí surge el peñasco que nos cierra el túnel: el individualismo. Cada uno cree poder enfrentar la adversidad bajo sus propias reglas, cada uno se considera más sabio que los demás, que es el chivato del grupo y si acepta el consenso logrado tiene que manifestar sus diferencias. Para el fantasma individualista solo existe el presente. Basta recordar la guerra civil española, que suponía una corta duración porque todos se sentían triunfadores. Pero los diagnósticos y estrategias exigen ejecutores, alianzas, diferimientos, compromisos desinteresados, ajustes y esto solo surge de compartir, arriesgar y actuar conjuntamente con visión y aceptación de las dificultades del día a día.

Tenemos la mitad del camino andado. Si reconocemos que hemos tocado fondo, sabremos aprovechar las herramientas para abrir el boquete que le dé definitivamente luz al túnel.

viernes, 14 de mayo de 2010

Los Imponderables Humanos

Publicado por Notitarde, 29 abril 2010

Mientras más se sube en la escala social, cultural, política o deportiva mas se asume la impunidad ante las normas, la justificación de la mentira “piadosa” o derechos intocables, así lo señala un buen reportaje del Economist especialmente referido al fraude financiero y al sin fin de doping deportivo, a la corrupción de la justicia, pero igualmente aplicable a otros quehaceres. Indudablemente que la tragedia vivida por la familia Valero no solo ha expuesto el problema de la sociedad cómplice de la fama, sino la inmensa soledad de sus protagonistas. Fundamentalmente se ha desenmascarado la violencia domestica que alimenta el aprendizaje para la justificación de la fuerza y la sumisión como vía de sobrevivencia. La velación como héroe contrasta con la presencia de la madre y hermana de Jennifer demostrando que indudablemente las tragedias humanas son infinitamente complejas, difícilmente de aplicar blancos y negros. En donde la prevención institucional y los límites que la misma sociedad imponga son necesarios a la convivencia. Las leyes son letra muerta si no nos esforzamos por exigirlas y cumplirlas muchas veces con sanciones morales.

El reciente aumento salarial intempestivo a la instancia militar cuando tenemos la inmensa familia trabajadora con salario mínimo, desempleo creciente, confiscación y cierre de empresas pareciera obedecer a la esa impunidad y justificación de arbitraria de la fuerza del poder y la necesidad de adhesiones para mantenerlo. La complejidad humana no asegura lealtades incondicionales fruto de la sumisión, tal vez recordando aquello de que “música paga no suena”

Probablemente estas mismas decisiones goteaditas las veremos ante la crisis laboral en Guayana y en la costa oriental del Lago, con el fin de apagar incendios y tempestades. Y sin embargo el país se endeuda a futuro, se destruye la capacidad productiva y de cohesión social cuya única referencia serian los “caprichos del emperador”.

El esfuerzo de unidad demostrado con paciencia y objetivos claros de reconciliación al margen de la imposición de la fuerza, ha sido titánico. El peñasco fundamental ha sido asumir que hay futuro, si se establecen reglas de diálogo y consenso que sean respetadas. Difícil pero no imposible como se está demostrando. Difícil porque hay tradiciones de poder que se sienten con derecho a imponer. No imposible porque la reciente consulta demostró lo efímero de ciertos mitos. La institucionalidad emergente de la mesa de la unidad asumida por quienes creen en reglas de juego y con persuasión camina paso a paso, requiere que dejemos de lado la plañidera de lo que nos gusta o nos disgusta, del temor a los atajos que sabemos que el autoritarismo va a pelear y anticipemos la fuerza de la acción colectiva que enfrente profecías agoreras desmoralizantes.

Recordemos aquello “la realidad se escribe con líneas torcidas”.