lunes, 17 de mayo de 2010

Luz al final del túnel

Luz al final del túnel

Publicado en Notitarde, jueves 13 de mayo de 2010

En las grandes tragedias que nos refiere la historia asombra la capacidad de adaptación del ser humano para manejar la adversidad. En muchos casos esa actitud sumisa pareciera que es indiferencia o entrega y sin embargo de esos mismos pantanos surgen fuerzas desconocidas para crear transformaciones inesperadas. Lo decisivo es saberlas aprovechar. En esta anarquía de ausencia de reglas del juego es fácil la desesperanza o el “enconcharnos” esperando que pase el huracán, porque no hay mal que dura cien años. Esto es perder la oportunidad de ser decisivos.

Se ha logrado un esfuerzo de encuentro y unidad. Aun tenemos por delante ejecutar la tarea de convertir el esfuerzo en meta colectiva. Sabemos que las grandes hazañas entusiasman y son efímeras, pero son las rutinas de todos los días las que exigen mayor esfuerzo y motivación para llegar a puerto seguro. Nubarrones y tormentas perversas y cínicas son previsibles, pero como las vírgenes perseverantes del evangelio tenemos que tener las lámparas llenas de aceite para el momento esperado e insistir en el camino trazado.

¿Por qué los trabajadores de Guayana, Lara, Anzoátegui y el Zulia en situación de extinción no han podido hacer un frente común? ¿Por qué los productores expropiados no han organizado una defensa de sus derechos compartida? ¿Por qué ante la multiplicación de la inseguridad y violencia no logramos hacer de ello una demanda nacional? ¿Por qué ante la destrucción de nuestras universidades aceptamos que mueran de inanición? ¿Por qué aceptamos que se prive de libertad por opinar a periodistas y ciudadanos o cumplir las normas constitucionales como la juez Alfini? ¿Por qué la ausencia de energía en el Táchira, Mérida, Monagas y el resto del país no lo sentimos como problema propio? Y allí surge el peñasco que nos cierra el túnel: el individualismo. Cada uno cree poder enfrentar la adversidad bajo sus propias reglas, cada uno se considera más sabio que los demás, que es el chivato del grupo y si acepta el consenso logrado tiene que manifestar sus diferencias. Para el fantasma individualista solo existe el presente. Basta recordar la guerra civil española, que suponía una corta duración porque todos se sentían triunfadores. Pero los diagnósticos y estrategias exigen ejecutores, alianzas, diferimientos, compromisos desinteresados, ajustes y esto solo surge de compartir, arriesgar y actuar conjuntamente con visión y aceptación de las dificultades del día a día.

Tenemos la mitad del camino andado. Si reconocemos que hemos tocado fondo, sabremos aprovechar las herramientas para abrir el boquete que le dé definitivamente luz al túnel.

3 comentarios:

  1. Excelente profe, quizá lleguemos algún día favorecer el sentido común. Bienvenido el blog, justo y necesario.

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  2. Mil gracias por este artículo pleno de esperanza. Es bueno saber que alguien como ud piensa que el vaso está a medio llenar. Mil gracias de nuevo.

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  3. nada sustituye el observar y comparar para no engañarnos y saber que los vacios se llenan si los dejamos libres gracias Mercedes

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